sábado, 1 de octubre de 2011

Chocolates

 

Un día un joven decidió regalarle un chocolate a su novia, compro uno de la mejor calidad, emocionado apresuro su andar, para encontrarse rápidamente con su amada. Cuando entrego su presente, la novia recibió el chocolate pero antes de comerlo, decidió leer a su novio todos los ingredientes, calorías, azucares y demás que tenía el chocolate, así que empezó a decirle,
-“mira Gracias pero es que esto tiene 441 Kilocalorías, 66.5 gramos en carbohidratos, además que tiene mucho azúcar y me puede engordar”. A lo que el joven decepcionado le dijo,
-“oye lo único que quería era que te alegraras y disfrutaras la chocolatina, perdóname de todas formas”.   
Dios es como el novio, nos dio a su hijo que es su tesoro más preciado, y nosotros somos muchas veces como la novia, que busca peros y excusas para rechazar el regalo que Dios nos da. Si tan solo recordáramos todo lo que Dios nos ha prometido y creyéramos todo lo que Él nos dice, nuestra vida sería mucho mejor.

“De tal manera amo Dios al mundo que envió a su único hijo para que tu y yo nos salváramos”

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